El ácido hialurónico es una sustancia presente de forma natural en la piel. Es un polisacárido cuya función principal es hidratar la dermis. El producto final se presenta en ampollas precargadas. Se presenta como un gel transparente que se inyecta en el tejido cutáneo para suavizar las líneas de expresión, corregir arrugas más profundas o restaurar el volumen facial. Este producto es completamente absorbible. No es de origen animal, sino el resultado de una síntesis. Se ha utilizado durante muchos años sin riesgo en diversas aplicaciones terapéuticas en oftalmología y reumatología.
Principio de la inyección de ácido hialurónico
Una semana antes de la inyección, se recomienda no tomar medicamentos que alteren la fluidez sanguínea (aspirina, antiinflamatorios, etc.) para reducir el riesgo de hematomas. Se puede administrar anestesia antes del tratamiento con una crema anestésica o xilocaína inyectable. Se inyecta ácido hialurónico con una aguja fina en la dermis, debajo de la arruga, para levantar la base. Para restaurar el volumen del rostro, la inyección se realizará más profunda y con mayor volumen.
Durante los días posteriores al tratamiento no se recomienda exponerse a frío extremo ni a calor intenso (tomar el sol, spa, etc.).
Tras la inyección, suele presentarse una ligera hinchazón y enrojecimiento. El resultado final es visible una vez que la hinchazón desaparece. La duración del resultado depende del tipo de ácido hialurónico utilizado y de la zona tratada. Generalmente es necesaria una segunda inyección después de 6 a 12 meses.
Contraindicaciones de las inyecciones de ácido hialurónico
- Enfermedades autoinmunes
- Hipersensibilidad conocida al ácido hialurónico
- Embarazo y lactancia materna
- Problemas infecciosos en los lugares de inyección (herpes, acné)
- Efectos adversos
- Edema, enrojecimiento durante unos días.
- Hematoma en el lugar de la inyección